Characterization of the flamenco consumer in the city of Seville
Isidoro Ángel Cascajo de la Barrera-Caro
Palabras clave: Consumer; flamenco; cultural industry Seville; intangible heritage
Este artículo pretende determinar el tipo de público (perfil/caracterización) que asiste a espectáculos de flamenco en directo en Sevilla. Para desarrollar esta investigación se han realizado encuestas a la salida de los recitales en salas referentes tanto privadas como públicas de la ciudad. Todo ello va orientado a la implementación de mejoras de la gestión cultural (pública y privada) del flamenco que permitan mejorar la eficiencia de la misma en ámbitos como el económico y turístico.
A través de estos 433 cuestionarios realizados en un total de 11 espacios diferentes - públicos, privados y sin ánimo de lucro -, se pretende caracterizar los diferentes perfiles de ‘consumidores’ de flamenco por vez primera. Es una industria cultural y creativa que va pasando de manera intergeneracional (cerca del 60 por ciento de los asistentes vivió el flamenco desde niño) a lo largo de más de 140 años; y que ayuda a conservar un Patrimonio Cultural Inmaterial declarado por la UNESCO en 2010, pero también al bienestar de una región, y su capital, a nivel social, económico, laboral y cultural.
El flamenco en Sevilla muestra fortaleza, y cierta independencia, económica: público local: 65%; internacional: 15%; europeo: 12%; provincial y regional: 8%. Por un lado, hay espacios muy dependientes del turismo internacional, como son los tablaos flamencos, frente a otros espacios ‘más naturales’ para la ciudadanía - teatros, peñas flamencas, asociaciones o bares que programan.
A través del método ad hoc de las encuestas (subjetivas/cualitativas), tanto a programadores (oferta) como público (demanda), así como con los datos objetivos de Flama, la guía de flamenco desde 2005, hemos podido llegar a definir la caracterización de los asistentes - perfil por clase social, nivel económico y académico, entre otros -, con la utilidad que esto puede suponer para los gestores culturales, tanto públicos como privados, a la hora de programar y planificar. A nivel regional, el Consejo de la Agencia de la Defensa de la Competencia de Andalucía propone un cambio en las políticas flamencas, al identificar que el problema de la “inasistencia o la menor frecuencia de asistencia” – a espectáculos en directo - no se debía a la inexistencia de espectáculos sino a la falta de políticas de demanda (Informe N 4/2017 sobre el proyecto de orden por la que se establecen las bases reguladoras de la concesión de subvenciones, en condiciones competitivas, para la promoción del profesional ambiente del flamenco en Andalucía). Por lo tanto, el mismo ente público menciona la necesidad de hacer llegar la programación flamenca a los públicos, y establecer una nueva política de demanda de flamenco, para la cual, este estudio es providencial para establecer unas nuevas bases.
Son comportamientos aprendidos por generaciones – cerca del 60% tiene contacto con el flamenco desde la niñez; transferencia intergeneracional - a ambos lados de la actividad cultural: producción (empresarios - oferta) y consumo (consumidores - demanda). Los datos arrojados por las encuestas demuestran que hay una gran demanda (local, nacional e internacional), lo que supone un mayor consumo y una gran independencia del turismo internacional, gracias a la segmentación del mercado, en el que se demuestra que el flamenco en Sevilla cuenta con un público local fiel y activo, lo que hizo que el flamenco creciera durante la crisis de 2008-2010.
Sería un desperdicio no aprovechar estos conocimientos empíricos a nivel institucional, y que a través del marco político municipal/regional y los diferentes gestores culturales y touroperadores o agentes turísticos trabajaran en una misma línea para aprovechar al máximo los conocimientos a través la transformación digital del sector cultural.
Todo ese conocimiento genera el respeto que hace posible la sostenibilidad de este bien intangible que está catalogado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, lo que evita que al ser seleccionado se ponga en peligro la perduración del arte; sino que sea un auténtico reclamo y una atracción que promueve la industria de un turismo sostenible. En el sentido de la sobre explotación, o mal encauzamiento (por falta de datos e información, precisamente).
El ente público debería prestar atención a estos datos para la planificación y conservación de un arte protegido por la UNESCO. Y en particular en Andalucía, que alberga ese arte en su territorio. De ahí el marco de protección que se creó, dentro de la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de 1972, principal objetivo de la Junta de Andalucía a través del Centro Andaluz del Flamenco y del Instituto Andaluz del Flamenco – Orden de 7 de mayo de 2014 -, lo que muestra la implicación de la política cultural andaluza por proteger y salvaguardar un bien no solo de interés cultural, sino económico e industrial, entre otras muchas facetas.