Key driving forces of energy consumption in a higher education institution using the LMDI approach: The case of the Universidad Autónoma de Chile.

Juan P. Laporte; Rocío Román-Collado; José M. Cansino

El consumo de energía (EC) en instituciones de educación superior (IES) representa un desafío clave, ya que estas organizaciones deben equilibrar sus crecientes demandas operativas con la sostenibilidad ambiental. Este estudio utiliza el método Logarithmic Mean Divisia Index (LMDI) para analizar las variaciones en el EC de la Universidad Autónoma de Chile (UA) entre 2017 y 2022. La investigación tiene como objetivo descomponer los factores que inciden en las variaciones del consumo energético, destacar las implicaciones de estos factores y proponer estrategias para una mejor gestión de la energía en el contexto universitario.

La UA, una universidad privada fundada en 1989, tiene una matrícula de más de 30,000 estudiantes distribuidos en sus tres campus principales. El campus de Santiago registró un consumo energético elevado por su infraestructura de investigación, pero mostró un aumento moderado en su EC, ya que no se expandió significativamente su GFA durante el periodo analizado. En contraste, Talca y Temuco registraron incrementos más notorios, atribuibles a expansiones de infraestructura y condiciones climáticas más extremas, respectivamente.

Desde una perspectiva metodológica, el enfoque LMDI fue elegido por su capacidad para descomponer completamente las variaciones en el EC, proporcionando una herramienta robusta y precisa. Los factores clave analizados incluyeron el clima, el área total construida, la cantidad de estudiantes y la intensidad energética. Estos factores permitieron examinar tanto las dinámicas temporales como las espaciales en los campus de Santiago, Talca y Temuco. La diversidad climática y las características operativas de cada campus ofrecieron un marco ideal para este análisis.

El análisis revela un aumento del 19% en el EC de la UA durante el período de estudio, con las principales contribuciones provenientes del incremento en la intensidad energética ajustada (Adjusted Energy Intensity, AEI) y del crecimiento de la matrícula estudiantil (Total Number of Students, TNS). Sin embargo, factores como las condiciones climáticas y la relación infraestructura-estudiantes (Infrastructure Ratio, IR) mitigaron parte de este aumento.

El análisis temporal del EC destacó que el AEI y la TNS fueron los principales impulsores del aumento en el consumo energético. Entre 2017 y 2022, el AEI contribuyó con un incremento de 1,117 MWh, mientras que la TNS añadió 2,020 MWh. Por otro lado, la IR y el clima actuaron como factores inhibidores, ahorrando 938 MWh y 650 MWh, respectivamente. Estos resultados enfatizan el impacto de la creciente complejidad institucional en la UA, reflejada en el aumento de publicaciones científicas indexadas y la adquisición de equipos de laboratorio de alta demanda energética. En particular, el aprendizaje remoto durante la pandemia de COVID-19 en 2020 generó una reducción significativa del 45% en el EC.

En términos espaciales, el análisis evidenció que el campus de Santiago tiene el mayor consumo energético debido a su alta matrícula y al uso intensivo de energía en laboratorios de investigación. Sin embargo, la IR funcionó como un factor de mitigación, ya que no hubo una expansión significativa del GFA en este campus. Por el contrario, el campus de Talca experimentó un aumento en su EC debido a la construcción del edificio Alameda, mientras que Temuco mostró un mayor impacto del clima, con el Weather Effect impulsando el consumo.

Las recomendaciones incluyen implementar programas de cambio de comportamiento y auditorías energéticas regulares para identificar ineficiencias. También se sugiere modernizar los sistemas de climatización e iluminación, y considerar un modelo híbrido que combine aprendizaje presencial y remoto para reducir el impacto de la TNS. Desde una perspectiva política, se insta a revisar los criterios de acreditación en Chile, que actualmente fomentan la expansión de infraestructura sin considerar el impacto ambiental, y a incorporar métricas de sostenibilidad en las evaluaciones de las IES.

En conclusión, este estudio valida el uso del método LMDI como herramienta efectiva para analizar el EC en universidades. Aunque enfocado en la UA, sus hallazgos tienen implicaciones para otras instituciones similares, ofreciendo un marco práctico para gestores universitarios interesados en mejorar la sostenibilidad energética. Este enfoque es particularmente relevante en un contexto global donde las universidades están llamadas a liderar en prácticas sostenibles. Futuros estudios podrían ampliar el periodo de análisis y explorar con mayor detalle los impactos del aprendizaje remoto en el consumo energético.