New England’s Pinnacle: Fostering Quality Entrepreneurial Ecosystems
Alejandro Almeida, Antonio A. Golpe, Juan Manuel Martín-Álvarez & Jose Carlos Vides
Palabras clave: Ecosistemas de emprendimiento; Emprendimiento; Estados Unidos; Convergencia; Cluster; Econometría Espacial
Durante las últimas décadas, Estados Unidos ha vivido una transformación profunda en su estructura económica, pasando de un modelo dominado por grandes corporaciones a otro centrado en la innovación, el emprendimiento y las pequeñas empresas como motores de crecimiento y competitividad. Este cambio ha impulsado el interés por estudiar cómo se configuran y evolucionan los ecosistemas emprendedores a nivel regional, es decir, aquellos entornos que favorecen la creación de startups mediante la interacción de instituciones, universidades, políticas públicas, redes de apoyo e inversores.
Este estudio analiza la evolución de los ecosistemas emprendedores en los 50 estados de EE. UU. y Washington D.C. durante el período 1988-2014. Para ello, utiliza el Startup Cartography Project, una base de datos novedosa que permite medir dos dimensiones fundamentales del emprendimiento: la cantidad, a través del Startup Formation Rate (SFR), y la calidad, mediante el Entrepreneurial Quality Index (EQI). El SFR refleja el número de nuevas empresas creadas por cada grupo de población, mientras que el EQI mide el potencial de crecimiento de esas startups, es decir, su impacto esperado.
Mediante la metodología de clubes de convergencia desarrollada por Phillips y Sul (2007, 2009), los autores examinan si los estados convergen hacia patrones comunes o si, por el contrario, presentan trayectorias diferenciadas que den lugar a agrupaciones específicas con comportamientos similares. Esta técnica es útil para detectar dinámicas regionales ocultas que otros métodos tradicionales podrían pasar por alto, ya que permite capturar procesos no lineales y heterogéneos.
Los resultados muestran con claridad que no existe convergencia nacional ni en términos de cantidad ni de calidad del emprendimiento. En lugar de una trayectoria común, se identifican dos clubes de convergencia para la cantidad de emprendimientos (SFR) y tres clubes para la calidad (EQI). En el caso del SFR, los clubes están formados por grupos de estados sin un patrón geográfico definido. Sin embargo, en el caso del EQI, los clubes muestran diferencias mucho más marcadas y patrones espaciales relevantes.
Uno de los hallazgos más notables del estudio es la existencia de un club exclusivo compuesto únicamente por California y Massachusetts, que destacan de manera significativa en calidad emprendedora. Estos dos estados se han consolidado como referentes globales de innovación y emprendimiento de alto impacto, albergando ecosistemas maduros como Silicon Valley o los polos universitarios de Cambridge y Boston, asociados a instituciones como MIT y Harvard.
Para explorar si estos núcleos generan efectos positivos sobre los territorios cercanos, el estudio emplea el índice Local Moran I, una herramienta de análisis espacial que permite detectar la existencia de dependencias o spillovers entre regiones. Los resultados muestran que, mientras California no genera efectos de contagio visibles en sus alrededores, Massachusetts sí parece irradiar externalidades positivas hacia otros estados de Nueva Inglaterra, como Vermont, New Hampshire, Connecticut y Rhode Island. Esta diferencia podría explicarse por la menor distancia geográfica entre los estados del noreste, que facilita las interacciones y el intercambio de conocimiento.
Estas conclusiones tienen importantes implicaciones para las políticas públicas. En primer lugar, la ausencia de convergencia nacional sugiere que las políticas federales homogéneas no son suficientes. Es necesario adoptar enfoques regionales adaptados a las características particulares de cada ecosistema. En segundo lugar, se pone de relieve la importancia de distinguir entre cantidad y calidad del emprendimiento: un gran número de nuevas empresas no garantiza un impacto económico relevante si no existe capacidad de crecimiento e innovación. Por tanto, los esfuerzos deben orientarse hacia la consolidación de startups con alto potencial.
Además, los autores sugieren que indicadores como el EQI podrían utilizarse como herramientas predictivas del desarrollo económico regional, al reflejar la capacidad de una zona para generar empresas transformadoras. Medir no solo cuántas startups nacen, sino también cuán buenas son, permite detectar a tiempo oportunidades de desarrollo, diseñar políticas mejor enfocadas y asignar recursos de forma más eficiente.
En suma, este trabajo demuestra que los ecosistemas emprendedores en Estados Unidos evolucionan de forma desigual, que la calidad es más relevante que la cantidad, y que los efectos espaciales pueden jugar un papel clave en la configuración de ventajas regionales. El caso de Massachusetts destaca como un modelo que podría inspirar estrategias de desarrollo en otros territorios, especialmente si se logran condiciones similares en términos de capital humano, redes institucionales y proximidad geográfica.
Almeida, A., Golpe, A.A., Martín-Álvarez, J.M. & Vides, J.C. New England’s Pinnacle: fostering quality entrepreneurial ecosystems. Eurasian Bus Rev 15, 243–271 (2025).